6 de marzo de 2009

AGUA VIRTUAL Y HUELLA HIDRICA


La mayoría de nosotros no se da cuenta de la gran cantidad de agua que utilizamos y, frecuentemente, contaminamos, en la producción de nuestros alimentos y bienes. ¿Sabían que se necesitan 120 litros para llenar una bañera, pero unos 2.400 para producir una sola hamburguesa?
El “agua virtual” o “agua oculta” es la que se necesita para producir los muchos bienes diferentes que utilizamos y consumimos cada día. Los hogares utilizan directamente sólo la mínima proporción del agua que se emplea en el mundo, mientras que la agricultura emplea casi el 70%, sobre todo para el riego, y la industria, un 20%.
He aquí algunos ejemplos:
• 1 manzana – 70 litros
• 1 huevo – 200 litros
• 1 una taza de café – 140 litros
• 1 una hoja de papel – 10 litros
• 1 camisa de algodón – 2.700 litros
• 1 kg. de carne de pollo – 3.900 litros
• 1 kg. de carne de bovino – 15.500 litros
• 1 kg. de soja – 1.800 litros
Así mismo, se consumen 1000 litros de agua para producir:
• 1 litro de leche
• 900 ml de café
• 4 kg. de patatas
• 750 g de pan
• ½ camiseta
• 100 hojas de papel
• ½ hamburguesa
• 1 litro de vino
• 2 kg. de naranjas
• 31 microchips
• 200 g de carne de cerdo
• 65 g de carne de vacuno
• 300 g de arroz
• 1 litro de zumo de manzana
Mientras el agua que utilizamos para cocinar, lavarnos, la cisterna del inodoro y otras finalidades domésticas suele proceder de fuentes de fuera de nuestra región, hay elementos y bienes que se producen en el extranjero y se importan. Tratemos de pensar en las corrientes del comercio internacional como ríos de agua virtual que fluyen entre países.
Las pautas del comercio y consumo de un país pueden, por lo tanto, ser parcialmente responsables del agotamiento y la contaminación del agua local de una parte del mundo completamente diferente. Por ejemplo, 70 por ciento de la huella hídrica nacional del Reino Unido se produce fuera del mismo país, causando así efectos en otros países del mundo. Es ésta la razón por la que debemos tener en cuenta de dónde proceden nuestros alimentos y otros bienes, y cómo se producen en esos lugares.
El concepto de agua virtual puede ayudar a los gobiernos a repensar sus políticas económicas, comerciales y ambientales. Las empresas y organizaciones públicas, así como las personas, pueden utilizarlo como instrumento para tomar mayor conciencia y decisiones responsables sobre lo que se compra y consume.
Podemos comenzar por calcular nuestra propia huella de agua o la de nuestra congregación, escuela u otras comunidades a las que pertenecemos y, después, pensar en los medios para reducirla. Por ejemplo, comprando productos reutilizables, comiendo menos carne y productos lácteos, o comprando menos alimentos y bebidas elaborados.
Se puede encontrar mucha información útil, incluyendo un sistema para calcular la huella hídrica propia y nacional, en www.waterfootprint.org